Los berrinches: signos de alarma

by | Nov 30, 2013 | Mi Doctora Nancy, Niños

Ya hemos hablado de una conducta que, si bien puede resultar molesta, también puede ser considerada como normal, de manera que, cuando una mamá pide ayuda porque su hijo es berrinchudo, generalmente recibe muchos consejos, entre los cuales “ármate de paciencia” ocupa un lugar predominante.

Pero la verdad es que no todo se resuelve con paciencia.

Diversos autores han reportado que, bajo ciertas circunstancias, los berrinches pueden ser considerados como graves, por ello, muchos investigadores han dedicado años de esfuerzos para tratar de encontrar las causas físicas y psicológicas de esta conducta.

Los problemas emocionales que más típicamente se han asociado con los berrinches son la depresión, la baja auto-estima, el trastorno por déficit de atención (TDAH), el trastorno disruptivo, la manía y el trastorno bipolar.

Los berrinches se han asociado con problemas de audición y visión, enfermedades crónicas, retraso en la aparición de lenguaje y problemas de aprendizaje.

También se ha encontrado que algunos colorantes, aditivos y conservadores  alimenticios pueden tener repercusiones indeseables sobre la conducta de los niños, entre ellas un incremento en la frecuencia y duración de los berrinches.

Otros autores han intentado encontrar causas físicas para esta conducta; en algunos casos se ha visto que los berrinches pueden ser considerados como descargas de tipo epiléptico, pues se asocian con patrones alterados de la actividad eléctrica cerebral.

Es muy importante señalar que los berrinches, en la inmensa mayoría de los casos, son conductas pasajeras y forman parte del proceso de desarrollo infantil. Pero, ¿cómo puedes saber si los berrinches de tu hijo son más que eso?

Los focos rojos de los berrinches:

En diciembre de 2007, el Doctor Andy Belden y un grupo de colaboradores publicaron un artículo en el que describen los “focos rojos” de los berrinches, es decir, los signos de alerta que nos indican cuándo los berrinches de un niño pueden ser síntoma de un problema más serio. Me parece que este estudio puede resultar de mucha utilidad para orientar a las mamás acerca de cuándo deben buscar el apoyo de un especialista, quien podrá ayudar a los niños, y a sus familiares, a salir adelante de un problema y prevenir dificultades posteriores más serias.

Si tu niño presenta cualquiera de las características siguientes, puede ser necesario buscar ayuda.

Agresión exagerada hacia la gente o los objetos: 

Es frecuente que los niños golpeen cuando están haciendo un berrinche, pero si lo hacen de manera exagerada, ya sea por la frecuencia o la intensidad de los golpes, esto puede ser un signo de un problema grave.

De acuerdo con Belden, si un niño agrede a las personas o a los  objetos en más de la mitad de sus últimos 10 ó 20 berrinches, esto puede ser señal de un trastorno disruptivo.

Si tienes que “ponerte a salvo” de los golpes de tu niño, protegerte de sus berrinches, claramente estás ante  un problema serio.

Conductas de auto-agresión: 

Niños que se muerden, golpean partes de su cuerpo (como azotar la cabeza contra el piso) o patean paredes y muebles hasta hacerse daño.

Las conductas de auto-agresión pueden ser indicativas de una depresión mayor o de una mezcla de depresión mayor con conducta disruptiva.

Berrinches excesivos: 

Si bien es cierto que la tolerancia de los padres ante las rabietas puede variar, los autores han considerado que más de 20 berrinches en casa al mes y/o tener más de cinco berrinches al día fuera de casa varias veces al mes, pueden ser indicadores de un problema psiquiátrico serio.

Berrinches demasiado largos: 

Un niño gritando durante cinco minutos puede parecer una eternidad para cualquier madre; pero cuando los berrinches duran consistentemente más de 25 minutos, nos están indicando la presencia de un problema mayor.

A veces los niños normales presentan berrinches de media hora, pero no es lo común. Generalmente los berrinches son de corta duración y autolimitados, es decir, van desapareciendo paulatinamente y no es necesario ayudar al niño a calmarse.

Pero, de acuerdo con estos autores, los niños con problemas psiquiátricos presentan rabietas de 25 minutos o más el 90% de las veces.

Dificultad para calmarse después de un berrinche: 

La mayoría de los niños logran calmarse después de un berrinche, pero cuando el problema es más grave, el niño muestra una incapacidad para regresar a un estado “normal” después de un berrinche, y de manera sistemática, es necesario recurrir a estrategias externas para ayudarlo a tranquilizarse.

Existen otros estudios al respecto, que pueden resultar de utilidad cuando necesitas orientación respecto a la conducta de tus hijos. Por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría recomienda que busques ayuda si:

  • Los berrinches no mejoran o empeoran después de los 4 años de edad
  • El niño se lastima a sí mismo o a otros durante los berrinches
  • Si avienta o destruye objetos
  • Si el niño se aguanta la respiración durante los berrinches, especialmente si se  desmaya
  • Si, aunado a los berrinches,  presenta pesadillas, regresión en el control de esfínteres,  dolores de cabeza, dolor de estómago, si se niega a comer o a irse a acostar, ansiedad o un apego excesivo a los padres

¿Cuáles son los especialistas a los que puedes acudir?

  • Psicólogos especialistas en desarrollo infantil
  • Neuropsicólogos
  • Psiquiatras
  • Paido – psiquiatras (es decir, psiquiatras especialistas en niños)
  • Neurólogos
  • Neuro – pediatras
  • Pediatras

No es necesario esperar a que el niño presente un problema grave para solicitar ayuda; también puedes acudir a un especialista si enfrentas cualquiera de las situaciones siguientes:

  • Si tienes dudas acerca de lo que tienes que hacer para resolver el problema
  • Si las estrategias a las que has recurrido no te han funcionado o te sientes incómoda con la manera cómo estás respondiendo ante el problema
  • Si siempre acabas cediendo ante las demandas de tu hijo
  • Si tu niño presenta otras conductas que te resultan difíciles de manejar
  • Si te preocupa que tú puedas lastimar a tu hijo como respuesta a su conducta
  • Si sientes que tu vida o la de tu familia se ha visto limitada debido a los problemas que presenta tu hijo
  • Si deseas recibir asesoría pues no sabes qué hacer durante los episodios de berrinche de tu hijo

Espero que estas ideas te hayan resultado de utilidad. ¡Buena suerte!

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