Los berrinches o rabietas son conductas muy comunes entre los niños de uno a tres años de edad; son igualmente frecuentes entre los niños y las niñas de estas edades.
Se trata de una conducta tan frecuente que ha sido considerada como parte normal del desarrollo infantil; pero esto no es ningún consuelo ni significa que, cuando tu hijo está haciendo un berrinche, a ti te sea fácil manejarlo.
En esta serie de artículos analizaremos cuáles son algunas de las manifestaciones más comunes de los berrinches, cuáles son sus causas principales, cuáles son los signos de alarma que un niño puede presentar en relación a esta conducta y, lo más importante, que pueden hacer los padres cuando sus hijos los presentan.
Los berrinches pueden presentarse en forma de gritos, chillidos, llanto; quienes los presentan pueden llegar a golpear, patear, aguantar la respiración y hasta privarse. Y como los niños vienen en diversas variedades de tamaños y temperamentos, también los berrinches varían en intensidad y frecuencia: algunos niños los presentan de manera regular mientras que otros sólo los experimentan de manera ocasional.
Si tu hijo hace berrinches, no estás sola: 7 de cada 10 niños entre los 18 y los 24 meses de edad lo hacen. Y más de las tres cuartas partes de los niños entre los 3 y los 5 años de edad hacen berrinches.
Veamos algunas de las causas principales de las rabietas.
1. Frustración
Como parte normal de su proceso de desarrollo, los niños se enfrentan a una gran cantidad de frustración. Por ejemplo, cuando el niño empieza a adquirir el dominio sobre sus habilidades de lenguaje, hay muchas cosas que todavía no es capaz de expresar; o conforme empieza a adquirir mayor destreza psicomotora, se enfrenta con retos que es incapaz de resolver. Y entonces recurre a una de las pocas herramientas con las que cuenta para ventilar su frustración: el berrinche.
2. Imitación
En muchas ocasiones los niños imitan las reacciones de enojo de los adultos.
Ya sea que nos demos cuenta uno, siempre somos un modelo para nuestros hijos; y los niños no siempre pueden diferenciar una conducta socialmente aceptable de otra que no lo es. De manera que, cuando un niño presencia a un adulto que grita, es fácil que adopte esta conducta cuando desea obtener algo.
3. Como conducta reactiva
Muchas veces los niños presentan berrinches como una manera de reaccionar ante las medidas disciplinarias de sus padres; esto es especialmente claro cuando las medidas disciplinarias son demasiado estrictas, cuando hay demasiada represión o cuando los padres esperan una obediencia inmediata por parte del niño.
No podemos olvidar que las actividades que realiza el niño son importantes para él, aunque a nosotros pudieran parecernos irrelevantes. Si el niño está viendo un programa de televisión o resolviendo un obstáculo en un juego de video, puede no responder de manera inmediata ante la petición de la mamá de irse a bañar; la madre bien puede interpretar esta conducta como rebeldía y, el castigo subsiguiente, desencadenará en un berrinche por parte del niño.
4. Búsqueda de atención
Este es un apartado del que muchos han abusado, pero no deja de ser cierto. Con mucha frecuencia los niños hacen berrinches (e incurren en muchas otras conductas inaceptables) para obtener la atención de sus padres y otros adultos. Y si bien se trata de atención negativa, el niño parece estar dispuesto a pagar el precio de una tensión negativa (un grito o un castigo) que puede parecerle más soportable que no recibir atención alguna
5. Sobreprotección
Para algunos padres es muy importante mantener la armonía en casa, y para lograrlo están dispuestos a “sacrificarlo todo,” inclusive esta misma armonía que están buscando. Si para que haya paz en casa permitimos que los niños obtengan todo lo que quieren, muy pronto el niño aprenderá a hacer un verdadero tirano y, su principal herramienta, serán los berrinches.
6. Cuando un niño está muy cansado, cuando tiene hambre o cuando se siente mal, son causas frecuentes de berrinches.
En todo caso, sea cual sea la causa de que un berrinche se presente por primera vez, creo que la única razón por la cual esta conducta se establece de manera permanente es que al niño le funcione: podemos decir que, en general los berrinches se dan cuando un niño obtiene lo que quiere, es decir, cuando se sale con la suya. El niño ha aprendido a manipular la situación y es así como los berrinches pasan a ser parte de su repertorio de conductas.